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El reto de la resiliencia
El reto de la resiliencia
Socio implementador: Build Change
Project name:Investigación: Informe sobre la resiliencia de las infraestructuras mundiales, primera edición, capítulo 1
Este capítulo hace hincapié en el papel fundamental de las infraestructuras en el desarrollo sostenible y examina la resiliencia en las dimensiones social, económica, de activos, de servicios, de la cadena de suministro, sistémica y fiscal.
Destaca los principales retos, la gobernanza deficiente, la degradación medioambiental y el cambio climático, que afectan de manera desproporcionada a los países de ingresos bajos y medios (LMICs).
Con el aumento de los riesgos y el déficit de infraestructuras, los LMICs necesitan estrategias de resiliencia sólidas para mitigar las vulnerabilidades, mejorar la capacidad de adaptación y construir sistemas de infraestructura sostenibles que apoyen el desarrollo a largo plazo en las regiones propensas a los desastres.
infraestructura
en los LMICs
a la interrupción de
los servicios
Impactos
1
El fortalecimiento de la gobernanza de las infraestructuras en los países de ingresos bajos y medios puede reducir significativamente los riesgos de desastres al mejorar la resiliencia de los activos y minimizar las interrupciones de los servicios. Esto, a su vez, mejora la sostenibilidad, garantiza la funcionalidad a largo plazo y respalda objetivos de desarrollo más amplios en regiones propensas a los peligros.
2
La reducción de riesgos sistémicos como el cambio climático puede reducir las pérdidas de infraestructuras, mejorar la resiliencia y promover la estabilidad económica en regiones vulnerables. El fortalecimiento de las estrategias de adaptación y las inversiones basadas en el conocimiento de los riesgos protegerá las infraestructuras críticas, garantizando la sostenibilidad a largo plazo y el progreso del desarrollo.
3
El fortalecimiento de la resiliencia fiscal puede atraer la inversión privada, reducir el déficit de infraestructura y fomentar el crecimiento económico sostenido en los países de ingresos bajos y medios. Al mejorar la estabilidad financiera y la gestión de riesgos, los países pueden construir sistemas de infraestructura resilientes que apoyen el desarrollo y la prosperidad a largo plazo.