Las infraestructuras energéticas se enfrentan a amenazas cada vez mayores derivadas de fenómenos meteorológicos extremos, como ciclones, inundaciones y olas de calor.

Para reducir estos riesgos, la CDRI ha llevado a cabo estudios técnicos avanzados, investigaciones y recomendaciones políticas con el fin de reforzar la resiliencia de los sistemas energéticos nacionales y regionales.

Este trabajo está dando forma a reformas en los códigos de diseño, la planificación de infraestructuras y la preparación ante desastres, garantizando la seguridad energética y protegiendo al mismo tiempo los activos críticos y las comunidades frente a las perturbaciones provocadas por el clima y los desastres. Estos esfuerzos son fundamentales para un futuro sostenible.